El gobierno a dispuesto no producir ya kerosene que es un insumo principal de la cocaína y por otros daños que ocasiona su uso aunque, muchos pobladores todavía lo utilizan para alumbrarse y, cocinar fundamentalmente. Pero “no hay mal que por bien no venga” en esta época de calentamiento global porque en el Perú energías naturales sobran. Una de ellas es la energía solar que tenemos en abundancia pero, se desperdicia porque no la sabemos almacenar para generar electricidad y usarla en la cocina, alumbrado, bombeo de agua, computadoras y muchos otros usos fuera del hogar.
Hay equipos de todo tamaño que funcionan como baterías que se recargan todos los días y esta alternativa es mucho más beneficiosa que muchos proyectos que emplean tanto dinero sin ningún provecho. Las instituciones que trabajan en el ámbito rural y sobre todo las municipalidades harían mucho bien en darle prioridad a esta fuente de energía. Dinero para estos proyectos hay en abundancia tanto de fuentes gubernamentales como de cooperación técnica privada. Hay lugares que no saben qué hacer con el dinero del canon, pudiendo hacer microcentrales eléctricas, estaciones de energía producida por el viento y hasta energía producida por estiércol para obtener biogás que sirve para cocinar, alumbrase, etc.
Los paneles para captar energía solar son de fácil instalación, tienen larga duración (más de 30 años) y no ocasionan ningún tipo de contaminación ambiental ni deforesta de modo que, el gobierno debería lanzar un programa de incentivos que compensen la carencia de kerosene. En el Perú hay experiencia en instalaciones de energías renovables pero son poco difundida.
A los interesados podemos dar mayores detalles en la Asociación Peruana de Ingenieros Agrarios- APIA y también disponemos de cursos de capacitación en CD sobre Energías Renovables, Producción de Biogas, Energía solar fotovoltaica (cocinas, hornos, escuelas rurales, etc.) y otros cursos técnicos cuyos contenidos podemos enviar a pedido.
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